domingo, 16 de septiembre de 2012

Si algún día te encuentras con mi corazón,
no lo mires, no le hables, no le des importancia,
sólo déjalo en su rincón.
que no le hace daño la ignorancia..

Sensaciones

Me gusta contemplarte desnuda, blanca como la luna,
luna que nos alumbra y observa siempre en silencio..
Tu piel abriéndose a la oscuridad,
tus poros desprendiendo ésa calidez que recorre mi cuerpo,
Como descarga eléctrica, que hace que encienda..
Que encienda en una pasión sin límite, sin noción del tiempo,
sin nada.. Sólo ella y yo, en lo más íntimo de nuestros momentos.
Mis manos comienzan a danzar, acariciando tu piel.
Bendito tacto que me permite sentirte..
Bendito olfato que permite percibir el dulce aroma que desprendes,
nube dónde mi cuerpo viaja hacia tu reino..
Bendito oído que permite escuchar los fuertes vientos que brotan de tu ser..
Benditos ojos que permiten observar la belleza de cada expresión,
cada gesto..
Bendita lengua que permite recorrer todo tu cuerpo, 
saboreando tu dulce aroma, saboreando tus jugosos labios, tu cuello,
hasta llegar a la perfección de tus senos..
Sensación maravillosa, sensación indescriptible..
Me gusta sentir el latir de tu corazón acelerado, ya calmándose,
sentirte entre mis brazos, sentirme entre los tuyos..
Conservo tu aroma en mi piel, posiblemente el causante de sueños maravillosos,
que en ocasiones se hacen realidad..


viernes, 14 de septiembre de 2012

Decisiones equivocadas

No tengo idea de la hora que es, ni de cuanto camino llevo recorrido. Ni la hora en que salí de casa. Supongo que bastante. No reconozco ninguno de los lugares por los que he pasado, no sé donde estoy ni hacia donde me dirijo, en el camino no hay nadie mas que mi soledad y yo. Aquel fulgor espectral de la luna es mi única guía, el continuo silbido del viento y esa niebla espesa que reposa que reposa sobre los alrededores parece nunca terminar, todo es tan tétrico y deprimente, así como me encontraba yo, tal parecía  que alguien hubiese plasmado mis sentimientos en aquel panorama. Trato de poner en orden mis pensamientos, tratando de encontrar una razón por la que he llegado hasta aquí. Me remonto a día anteriores y sólo puedo recordar dolor y tristeza, aquella infinita depresión que parecía acecharme como un fantasma, y aún permanece conmigo. Me ha seguido casi desde que tengo uso de razón ha convivido conmigo tanto tiempo que me ha hecho cometer incontables y fallidos intentos de suicidio, me ha traído lágrimas, fracasos en todos los aspectos, y sobre todo mucha soledad, y ahora, a mis dieciocho años, me ha apartado del mundo porque me desprecia tanto como yo a él, y me he quedado solamente con mis pensamientos destructivos y mi eterno odio. Pero aún no he hallado respuesta a mi pregunta. ¿Qué hago sola caminando por aquí? La falta de compañía no es nada nuevo para mi, pero el hecho de deambular en un paraje como éste es todo un enigma para mi. Por alguna razón no me puedo detener, simplemente continúo caminando, aunque no me siento cansada. Observo a mi alrededor y solo escucho aullidos de perros y el pululo de un búho, supongo que debe ser una noche fría por el vaho que exhalo, pero no parece afectarme. Vuelvo a enfrascarme en mis pensamientos, pienso un poco en lo que será de mi, en lo que haré en el futuro, en metas y logros y todas éstas estupideces que jamás me han interesado, tal vez no todo esté perdido, es decir, tal vez aún, haya oportunidad de redimirme un poco, mejorar algunas cosas, y quien sabe hasta rehacer de nuevo mi vida. Expreso una ligera sonrisa, ¿En qué estoy pensando? Dieciocho años de vida desperdiciada no se pueden arreglar así simplemente, todo lo malo y negativo estaba demasiado arraigado como para desaparecerlo simplemente. ¿O tal vez no? Quien sabe, podría funcionar, podría intentarlo en cuanto regrese a casa. ¡A casa! Súbitamente recuerdo que sigo deambulando en un lugar desconocido y probablemente muy lejos de mi hogar. Al darme cuenta noto que estoy entrando en una especie de jardín enorme o algo por el estilo. Noto unas especies de rocas enormes o monumentos alrededor pero no alcanzo a distinguirlos por la niebla, después de atravesar el lugar casi por completo veo que me aproximo a una de esas rocas grises, me intriga saber que es y tal vez eso me dé una explicación. Al llegar, una fuerza mayor me obligó a arrodillarme y noto por sorpresa que aquello no es una roca, es una tumba, como todas las que se encuentran alrededor. ¡Estoy en un cementerio! Pero todo es peor al leer las inscripciones y descubrir con horror y sumo pánico que la persona en aquella tumba soy yo. Atónita descubro mi nombre y fechas de nacimiento y muerte. No puede ser.. ¡NO, NO ES JUSTO! ¿POR QUÉ? ¿POR QUÉ A MI? ¡Aún tengo dieciocho años! ¿Qué hice? ¿Por qué pasó ésto? Y entonces lo recordé; tiempo atrás en unos momentos de intensa depresión finalmente lo había logrado, al fin logré cortar mis venas hasta desangrarme, mi deseo se había cumplido.. Estaba muerta.. Yo ya no pertenecía al mundo de los vivos. Las lágrimas inundaron mis ojos, cuando me dí cuenta que aún cuando no hay vida en mi cuerpo, eso no fue un escape, en mi alma la tristeza aún permanece, nunca me podré librar de ella, me sigue y vivirá conmigo eternamente..

martes, 11 de septiembre de 2012

¿Inocencia?

Y despierto, en un día confuso, nostálgico..
El aire huele a tristeza y el alma pesa.
El sol no brilla y las nubes reinan en un cielo gris.
Ese gris que con sólo mirarlo se clava en los ojos 
y se agarra fuerte a ellos, hasta cegarlos..
Me cuesta salir de la cama, pero a duras penas lo consigo.
¿Estaré enferma? Voy al cuarto de baño e intento mirarme al espejo, 
abro los ojos una y otra vez,
atónita y confusa no logro verme, ésa no soy yo.
Me llevo las manos a la cara, me toco, me siento,
pero no reconozco la imagen del espejo.
¿Puede que sea yo?
¡Imposible!
Yo sé muy bien quien soy y desde luego no soy
ésa mujer de cara seria, ojos apagados, pelo oscuro,
sin sonrisa y cejas sin expresión.
Siempre he sido la niña de rizos rubios, tez blanca, 
inocente, alegre, vivaracha, ignorante, inocente..
Inocencia.. Eso es lo que nos hacia ser niños 
y por lo tanto felices..
¿Habré perdido esa inocencia?
De repente oigo unos pasos acelerados que se 
aproximan hacia mi, se abre la puerta y aparece
una niña.. Me sube un escalofrío por la nuca.
 ¡Ésa! ÉSA SOY YO.
Con una sonrisa de oreja a oreja y un pastelito
en la mano, se acerca a mí y me da un abrazo lleno de energía.
Llegó a mis oídos una vocecita tan dulce que se me ablandaron
todas las extremidades de mi cuerpo;
- ¡Feliz cumpleaños mamá!